La Orquesta en 1959
La Orquesta en Hacienda La Escondida Arteaga 1963.
Luis Arcaraz y Lorenzo Hernandez
Lorenzo Hernandez
Lorenzo Hernández fue hijo de Lauro Hernández y Manuela Flores.
Nació en 1917 y murió a los 80 años de edad.
Hizo sus estudios profesionales en el Conservatorio Nacional de Música de la ciudad de México y sus maestros fueron Manuel M. Ponce, Silvestre Revueltas y Julián Carrillo, el creador del sonido 13.
Y con una beca que le otorgó una de las fábricas de hilados y tejidos se aventuró a la ciudad de México.
A su regreso funda su orquesta y con ello reafirma su vocación de músico.
Fue maestro en el Colegio Zaragoza en 1940 y en 1942 en el Instituto Regiomontano de la ciudad de Monterrey. Maestro del ITESM de Monterrey y organizó la única rondalla que ha sido premiada,
la Rondalla del Tecnológico de Saltillo; él escribió el Himno del Colegio Ignacio Zaragoza, que une a los lasallistas en una sola voz de nostalgia y orgullo.
La historia nunca lo olvidará. Aquellos bailes de Blanco y Negro en el Casino de Saltillo; alternó con músicos de la talla de Carlos Campos, Venus Rey, Luis Alcaraz, entre otros.
Fue una vida la de Lorenzo Hernández apasionante y bien vivida.
Se hizo de buenos músicos como Cipriano Pérez, guitarrista y de una música que sólo él podía interpretar porque eran arreglos. Sin embargo, fue un hombre modesto y su orquesta fue en ascenso.
La magia de su música permeó por todo el país. Sus amigos José Tapia R, Yeverino Cárdenas, Nicolás Cuevas y "El Chueco" Chón. Fue el primer director de orquesta en mover de sus lugares a los integrantes,
en hacerlos ir de un lado a otro, como si estuvieran bailando.
Tuvo una vida entregada a la música y gracias a él los saltillenses disfrutaron de las grandes orquestas,
y supieron que el baile es toda una ciencia entre dos seres humanos. Hablar de él es recordar muchas cosas del pasado Saltillense.
Fue un gran hombre que se conoció por Tamaulipas, Chihuahua, Zacatecas, Nuevo León y hasta Veracruz. También cruzó la frontera para tocar en Estados Unidos.
Y los bailes de la Sociedad Manuel Acuña; aquello si era bailar,
como se hacía con la musica de Don Lorenzo Hernández: Mejilla con mejilla y tomados de la mano....!!
