En el cuadro que forman las calles de Zaragoza, Ocampo, Hidalgo y Juárez, está encerrada la Plaza de Armas o de la Constitución.
Todavía por el año de 1930, conservaba su frondosa arboleda hasta que llegó la segadora y en su afán de modernización, la sacó de raíz para dejar a nuestro zócalo al "estilo ingles".
Se pintaron las bancas y se sacó lustre a las estatuas de cobre que sostienen lámparas que simulan antorchas y se inaurguró en noche memorable.
Texto: HERODES: Una semblanza del Saltillo de los Treinta, Oscar Flores Tapia.
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