Entre 1837 y 1870, se iniciaron trabajos para remodelar la capilla, o ermita como se le conocía en el pueblo, aunque estas remodelaciones fueron suspendidas por falta de recursos económicos, lográndose solamente un nuevo engarre encalado de color blanco.
Es hasta 1880 que Dámaso Rodríguez y Marcelino Garza, en unión con otros Saltillenses, se dan a la tarea de iniciar una nueva construcción más grande y confortable. Es el Primer Santuario de Guadalupe de Saltillo, concluyendo su elaboración en 1890.
El inmueble tenía treinta y cuatro metros de largo por siete metros de ancho; su cromática era de color celeste en el interior y en el exterior era de un amarillo pálido. Los muros estaban construidos en adobe y acabados con engarre; la techumbre era de vigas y tableta de madera. Su fachada principal estaba coronada con una torre de madera y con una esquila para llamar a los feligreses.
Al paso del tiempo, el Santuario de Guadalupe fue encargado a los Padres Benedictinos, quienes iniciaron las gestiones para la edificación de un nuevo santuario. Los Padres y Trinidad Narro de Maas acuerdan delegar el proyecto a Henry E.M. Guidon, quien elaboró el diseño arquitectónico, los cálculos y los planos constructivos para iniciar el proyecto en agosto de 1911. El Santuario fue diseñado bajo preceptos del Estilo Gótico, teniendo como antecedente la Catedral de León en España. Posteriormente Henry E Guidon abandona la ciudad y se suspende la construcción, dejándola a la altura establecida para recibir las bóvedas de cantera. Sus muros son de ladrillo sílico, con una cromática similar a la cantera gris que se aplicó en los remates del edificio.
Entre 1915 y 1918, Pelandini se hace cargo de la obra, quien propone que las bóvedas sean de concreto armado para suplir las de cantera.
Para 1920, al santuario se la había incorporado los vitrales para ponerlo a funcionar. Desde este año y hasta 1946 no se llevó a cabo obra importante en el lugar y es precisamente en esta década que se reconstruye el Altar.
En 1942, Sotero Bautista Flores llevo a cabo un proyecto en el que reformó el diseño del desplante de las torres del Santuario, ya propuesto por Henry E M Guidon a principios de siglo. Pero fue hasta 1949 que Zeferino Domínguez recibió el encargo de terminar las mencionadas Torres, basándose en la readecuación del proyecto de Bautista Flores.
Finalmente, el santuario de Guadalupe fue terminado en 1952, cuarenta y un años después de su proyecto inicial.
Imagen: Santuario de Guadalupe 21 de abril 1940/Ing. Marco A. Gonzalez Galindo
Fuente: La Obra de Zeferino Dominguez V/Jesus Ramirez Rdz
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