Su historia inicia de la mano de Don Evaristo Madero Elizondo,quien en 1885 inició este negocio de molienda de trigo, es abuelo de Francisco I. Madero,y también fue Gobernador de Coahuila durante el porfiriato, pero como empresario gozó de sus simpatías y apoyo, hasta que su nieto empezó a
participar en la política e inició la gesta revolucionaria.
Esto llevó a que Porfirio Díaz ordenara que fueran intervenidos todos sus negocios,
se bloquearan sus créditos bancarios y le fueran exigibles los pagos de sus créditos
bancarios; de poco sirvió la carta que en diciembre de 1910 envió al entonces Presidente
de México con el objetivo de reivindicarse de las intrigas de sus enemigos, pues luego
vendió muchos de sus negocios.
En 1915, Molinos del Fénix se convirtió en propiedad de Don Manuel Garza Guerra, empresario y consejero del Banco Mercantil de Monterrey, pero en junio de 1925, se incendió
y quedó como pérdida total.
Para el 14 de agosto de 1926, el entonces gobernador, General Manuel Pérez Treviño, le concedió a Don Manuel Garza una exención de impuestos estatales por 15 años, para reconstruir el molino en su ubicación original,con la condicionante de invertir 200 mil pesos y contratar a 70 trabajadores.
Años después, en 1944, invertieron para ampliar y creció también la capacidad de la molienda,
sin embargo, tres años después, Molinos del Fénix pasó a otras manos.
En diciembre de 1947, Don Isidro López Zertuche recibió la oferta de comprar el molino y un mes después hizo las negociaciones con los hermanos Jaime y Jorge Garza Villarreal, Don Isidro construyó en estas instalaciones una capilla para la Virgen y desde entonces se celebra una misa el primer viernes de cada mes.
Fue en los años 60 cuando se hizo una renovación en el molino y en su maquinaria,esta última fue sustituida por una de la marca Buhler con capacidad para 120 toneladas diarias de molienda que creció hasta llegar a las 200 toneladas por día.
Entre 1994-1995, se instaló una fábrica de pastas y una nueva unidad de molienda con capacidad de 100 toneladas por día, que se utiliza para moler trigos cristalinos y producir sémola para esa fábrica de pastas.
En marzo de 1999, pasó a formar parte de Grupo Táblex, hoy Grupo La Moderna, que en el año 2000 realizó inversiones para cambiar la limpia de trigo, renovando campos de molienda para
mejorar la capacidad y rendimiento de los molinos.
De sus productos, Harina La Perla, es un ícono de Molinos del Fénix, desde un inicio empezó
con su producción y fue la única marca de patente de esa fecha, producto reconocido no sólo
a nivel nacional, sino también en el extranjero por su calidad derivada, desde la selección
de sus trigos, hasta su proceso productivo.
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