Se inauguró el 27 de julio de 1910.Se incendió el 3 de diciembre de 1918.
Su propietario fue Antonio Dávila Ramos.
Está construido con estructuras metálicas de Bélgica, cantera potosina, ladrillos saltillenses y luminaria alemana.
En 1999 la parte sobreviviente fue recuperada para darle un uso cultural.
Durante el porfiriato la entrada principal del teatro era exclusivamente para la gente elegante, mientras la plebe accedía por la calle Abbot. Mas cuando cambió la idiosincrasia por la Constitución de 1917, el sitio se popularizó y se introdujeron funciones de cine, a veces filmes contra Villa.
Allí se desarrollaron eventos escolares y musicales, y mítines políticos. Cuando se incendió el Casino, éste cambió su sede al “foyer” o salón fumador donde ahora se encuentra una galería.
Sus butacas se perdieron, pero el García Carrillo sigue ofreciendo historias. Ahora es un Centro Cultural cuya odisea se escribe cada día en la calle de Aldama, frente al mercado Juárez. El teatro actúa con pocos achaques, con todo y sus 100 años de existencia. Hasta ahora, las bambalinas de su incendio siguen siendo un enigma.
Allí se desarrollaron eventos escolares y musicales, y mítines políticos. Cuando se incendió el Casino, éste cambió su sede al “foyer” o salón fumador donde ahora se encuentra una galería.
Sus butacas se perdieron, pero el García Carrillo sigue ofreciendo historias. Ahora es un Centro Cultural cuya odisea se escribe cada día en la calle de Aldama, frente al mercado Juárez. El teatro actúa con pocos achaques, con todo y sus 100 años de existencia. Hasta ahora, las bambalinas de su incendio siguen siendo un enigma.
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