En Saltillo, como en todas las partes, las Fiestas del Centenario se celebraron con lujo y esplendor; fiestas en el Casino, carreras de autómoviles con la participacion de caballeros de la mejor sociedad, festejos escolares, bailes para el pueblo...Eran los dias últimos de "paz porfiriana".
Luego, igual que el pais todo, nuestra cuidad viviria la zozobra de los movimientos revolucionarios. Terminaba la primera decada del siglo, y con ella terminaban también un mundo de artificios esplendores, progreso que se pagaba con la opresión de muchos y paz lograda a costa de libertad...
Ajenos a todo lo que despues habría de suceder, los saltillenses vieron en las fiestas del Centenario una ocasion propicia para romprer el tedio y monotonía de su tranquilidad, inalterable vida provinciana, y con jubilo se congregaron a festejar el aniversario .
Ya la propaganda comercial hacia de las suyas:
luciendo delantales alusivos tres sonrientes damas ofrecen una marca de cerveza que se aunicaba como "la mejor de america" sentados en las clasicas sillas de alambre torcido, los asistentes a la kermesse podìan disfrutar de un refrescante vaso y de la grata sombra de los arboles de la alameda.
Lo complicado de las letras con que se anunciaba la mercancia en venta no debe haber sido obstaculo para que los saltillenses consumieran la limonada y "sodas" que en este otro puesto, adornado con la badera nacional vendían niñas y señoritas Saltillenses.
El largo de sus vestidos parece corresponder a su edad: hasta la rodilla los llevan las niñas; "hasta el huesito" las adolecentes; y hasta el suelo las muchachas en edad de merecer
No hay comentarios:
Publicar un comentario