Fue una lucha para mejorar su calidad de vida, para liberarse de acoso sexual en muchos de los casos, sobreexplotación productiva, falta de seguridad, indebida rotación de turnos entre otros reclamos.
Originalmente los huelguistas planteaban un aumento del 40%, ya que se había firmado un 12.5%, por sus líderes charros, quienes fueron sustituidos en asambleas y se formó un nuevo comité sindical, liderado por un representante: Salvador Alcazar Aguilar, trabajador con apenas 6 meses de haber ingresado y asesorado por un grupo de Abogados del FAT (Frente Autentico del Trabajo).
La ayuda de los saltillenses fue generosa a más no poder, el apoyo más significativo tanto económico como político, fue el que brindaron los sectores populares que estuvieron en los mítines y en todos los actos que organizaron los sindicalistas, aquellos que a pesar de su pobreza, siempre estuvieron dispuestos a desprenderse de una moneda y de parte de su alimento para apoyar solidariamente al movimiento.
De esta solidaridad popular hubo infinidad de casos. Desde los pequeños comerciantes del mercado Juárez que proporcionaron cajas de frutas y legumbres, hasta modestas amas de casa que regalaron parte de su pequeña despensa.
En el desfile del Primero de mayo, el sindicato de Cinsa-Cifunsa fue el líder de aquel memorable desfile obrero. Los paristas contagiaron de combatividad al resto de los sindicatos. La Plaza de Armas y las calles aledañas estaban repletas de saltillenses, que a la menor provocación se unían al coro de los obreros que gritaban la consigna de la lucha obrera: “Sólo el pueblo salva al pueblo”. Ese día los huelguistas se ganaron el respeto de las autoridades gubernamentales, que desde el balcón de Palacio presidía el gobernador Eulalio Gutiérrez, quien era testigo de que la voluntad y la simpatía popular y obrera estaba a lado de los paristas.
Con esa demostración, el gobernador Eulalio Gutiérrez fortaleció su actitud conciliadora, y le sirvió para enfrentar las presiones que los López del Bosque le hicieron a su gobierno desde el inicio del conflicto laboral.
Durante los 49 días que duró la huelga, en dos ocasiones los trabajadores mostraron la fuerza de su movimiento y consolidaron el apoyo del pueblo saltillense: en el desfile del Primero de mayo de 1974, y en la caravana que se organizó a San Luis Potosí para solicitar la intervención del Presidente Luis Echeverría, a fin de vencer la intransigencia patronal que se había recrudecido con el transcurso de la huelga.
El gobernador Gutiérrez hizo todo lo posible por conciliar a las partes. De los obreros siempre tuvo su colaboración y comprensión, de los empresarios sólo reproches, presiones e insolentes actitudes. Los López del Bosque nunca aceptaron dialogar con sus trabajadores. Su ausencia en las pláticas conciliadoras que se realizaban en el Palacio de Gobierno fue suplida por sus soberbios abogados patronales. La idea de ver al Presidente, tenía como objetivo sacar la lucha de las fronteras coahuilenses y darle resonancia nacional. Los dueños del GIS y sus abogados cada vez eran más soberbios con el gobernador, y los sindicalistas se habían convencido que para vencer la intransigencia patronal requerían la intervención de una investidura mayor a la de Eulalio Gutiérrez, la del Presidente de la República.
Se sabía que el 15 de mayo estaría el Presidente Echeverría en San Luis Potosí, y para entrevistarlo la caravana obrera se puso en marcha un día antes. Luego de un mitin en la Plaza de Armas, una manifestación de miles de saltillenses acompañó a los huelguistas hasta las afueras de la ciudad para despedirlos. Decenas de autobuses urbanos y universitarios y autos particulares, acompañados de cientos de motocicletas enfilaron rumbo a San Luis Potosí, y mientras que el pueblo los aplaudía, las madres obreras lanzaban sus bendiciones a la caravana.
En San Luis Potosí, más de mil saltillenses abordaron a Echeverría. Al abordarlo los peregrinos saltillenses, detuvo su marcha y atendió con deferencia a Salvador Alcázar, lo escuchó con gran atención mientras los fotógrafos de prensa se daban vuelo tomando gráficas para la propaganda oficial, donde se mostraba al Presidente “atendiendo en medio de la calle y sin protocolo a centenares de obreros de Saltillo que venían a pedirle justicia”. Al día siguiente, los trabajadores paristas de Saltillo se ganaron las ocho columnas de todos los diarios potosinos.
En los acuerdos finales, los trabajadores obtuvieron el 20 por ciento de aumento salarial, el 70 por ciento de sus salarios caídos, 50 por ciento en efectivo y 20 por ciento en despensas. Además gozaron del aumento de emergencia del 20 por ciento, que días después el Presidente Echeverría decretó para toda la clase trabajadora de México en cumplimiento a la promesa que le había hecho a los dirigentes obreros de Cinsa-Cifunsa en la Cd de San Luis P.
La huelga también consiguió que los trabajadores eventuales con seis meses de labores obtuvieran su base, pues antes del movimiento, había obreros que tenían hasta 18 años laborando y seguían siendo eventuales.
La huelga también consiguió que los trabajadores eventuales con seis meses de labores obtuvieran su base, pues antes del movimiento, había obreros que tenían hasta 18 años laborando y seguían siendo eventuales.
Este movimiento obrero sacudió a todos los estratos sociales de Saltillo, la huelga CINSA-CIFUNSA se encuentra muy lejos de las nuevas generaciones. El recuerdo se ha ido diluyendo. Tan es así, que el expediente que reunía la memoria histórica de la huelga desapareció de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje. Tampoco se encuentra en el Instituto Estatal de Documentación, vaya olvido conveniente !!!.
Fuente: José Guadalupe Robledo/ElPeriodicodeSaltillo/Mis sexenios (9)
Un hecho histórico sin duda que marcó enormemente a nuestra ciudad, mi papá estuvo allí. Gracias por toda esta información y las fotografías, él ha vuelto a revivir estos hechos y yo he aprendido mucho más acerca de nuestro Saltillo y lo que ha pasado aquí.
ResponderEliminarGracias Bonnewelle, me llena de alegría que tu padre recordará este hecho, que marcó la vida de muchos saltillenses y que nos han dejado una muestra de cuando se quiere, se puede, mucho les tenemos que aprender..!! saludos
ResponderEliminarSólo como observación saben ustedes que el señor Salvador alcanzar es una persona vendida el fue. El que vendió a los huelguistas como me gustaría que supieran es verdadera historia de gente luchona de saltillo mi señora padre es una cabeza de ese movimiento esa persona es sólo un ganapanes persona tan vendida y el día que gusten acercarse alos verdaderos héroes de ese movimiento comuniquese con migo y el que quiera defender al seudo señora Alcázar diganle que mi padre. El señor Manolo con gusto lo recibe y lo pone en su lugar ..que recuerde el pueblo salva al pueblo y señor vendido usted se dejó llevar por dinero y el que lo dude aquí se le espera recuerde señor el pueblo salva al pueblo saludos de la familia galindo
ResponderEliminarsi sr. todo lo que usted dice es cierto mi papá tambien estuvo en esa huelga y me cuenta lo mismo que usted dice. y al sr, manolo el tambien lo conoce saludos.
EliminarEnrique David, buenas noches ¿como puedo contactar a su padre?
Eliminarsaludos.